-Hola, buenos días, ¿cómo te llamas? - preguntó el animado locutor.
-... me llamaba Libertad- contestó una voz cálida de anciana.
-¿"te llamabas"? ¿acaso has cambiado de nombre? - pregunta asombrado el presentador.
-No, hijo mío, no. A mi padre le obligaron a cambiármelo.
-Vamos a ver, amiga, explícanoslo si no te importa.
-Pues verás, Víctor, yo nací en el año 35 y mis padres me pusieron de nombre Libertad. Cuando Francisco Franco y sus secuaces ganaron la guerra, obligaron a mi padre a cambiarme el nombre...
-...uffff... no me puedo creer lo que me estás contando... pero... ¡pero qué locura! ¡qué injusticia! ¡qué ...! ¿y cómo te llamaron entonces?...¿cómo te llamas?
-... muy a mi pesar... me llamo Francisca... aunque no reniego de mi nombre, llevo demasiado tiempo con él... que se le va a hacer...- dijo medio apenada la amable anciana.
***
Esta mañana he tenido esta conversación con Francisca (obligaron a su padre a llamarla como el dictador!!!). Después de la guerra los ganadores cometieron las barbaridades más atroces, pero me parece tremendo que hasta en algo tan personal como un nombre de una hija, aquellos hijos de puta tuviesen que meter mano. Nunca había escuchado una historia parecida, pero vamos, que esta mañana me he quedado con la boca abierta. Bendita sea la Libertad.
0 Comentarios