Es un gran invento, la verdad. Tan pequeñito, tan cómodo, tan elegante...¡y todas las canciones que caben! Yo reconozco que
sigo siendo un paleto en temas tecnológicos, incluso tengo un cierto rechazo a todo lo que se parece a un teléfono móvil. De hecho no me hacía mucha ilusión tener un i-POD, y hoy ya no puedo vivir sin él. ¿Qué haría yo todas las mañanas durante una hora en el bus y en el metro sin mis tropecientas mil canciones?
Gracias Raquel, como siempre, me conoces mejor que yo mismo.
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