Marta Cibelina, ejemplo de periodismo rosa, escribe un interesantísimo artículo en 20 minutos sobre la vida personal de Sabina (esto es una ironía). Por cierto, Jimena se apellida CoroNado, no ColoRado.
Mucho Nano, mucho Nano-así es cómo le llama en sus columnas de Interviú-, pero el caso es que la semana pasada Joaquín Sabina, amigo del alma de Joan Manuel Serrat, lo dejó plantado en Barcelona. Tenían una cita, y con dos palmos de narices se quedó el cantautor catalán ante el desplante del jiennense. Cierto es que de Joaquín, personaje sacralizazado por los medios de comunicación, no se cuentan cotilleos.Pero después de la que le jugó a Doña Letizia con el famoso chiste, sabrá admitir algún chisme, supongo
El genial Sabina, padre de dos hijas de relaciones anteriores, convive con la fotógrafa peruana Jimena Colorado. Ella es quien hace y deshace y lleva la voz cantante en la relación y hasta en su carrera. El mujeriego artista va a terminar sus días como Enrique VIII y Catalina Parr. Comiendo sopitas y atado bien corto. Aunque Jimena no tenga aspecto de mujere fatal, es su mujer consuelo y su mujer imán, como en la canción.
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VERGONZOSO.
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