Es encantadoramente inquieto. Vive la música de un manera tan visceralmente pausada que solo puede causar admiración a los que le conocemos y conocemos lo que hace. Verle en directo no tiene precio. Verle en privado...forma parte de mis momentos privilegiados.Y si me tengo que quedar con algo suyo, elijo el "gracias" que destila después de cada canción en directo, con sus llamadas por teléfono para cantarme la última canción que había hecho y con los momentos de distancia en los que siempre le siento tan cerca.Yo, no soy objetiva. No estoy capacitada para decir algo general de alguien como diegoandrés. A mi me mueve. Me llega. Me basta.
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