Luis García Montero, Ángel González y Joaquín Sabina
Y sigue la fiesta, con su amigo Joaquín Sabina -que se acaba de quitar el alivio de luto por su amigo José Tomás, renacido de sus cenizas, de sus cornadas, de sus linares del cuerpo-, y le promete que la celebración seguirá la próxima semana, en la impura ciudad de Madrid y en el concierto de los dos pájaros. Que la fiesta seguirá en ciudad que adoptaron. La que les adoptó. La ciudad que se hizo con sangre, que se repite y que no se termina de gustar. Ciudad para pasar, para quedarse, para cantar y celebrar. Ciudad que también es un poco la de Serrat, compañero de cartel y viajes. De vidas y risas fáciles, y algunas tristezas, con perdón, de ese español de Úbeda y Tirso de Molina llamado Joaquín, nació en España, repito. El madrileño Serrat, como Vargas Llosa y de su mismo barrio, también cantará tres días, tres, para González, que ya no volverá a cumplir los ochenta y dos. Y para los que leen a González. Hay otros que no, pero no van mucho a estos conciertos.
Fragmento de un artículo de Javier Rioyo ayer en El País. Puedes leerlo entero aquí.
4 Comentarios
Gracias Víctor.
Pd: viste mi e-mail del otro día? lo siento, eh? :-(
Marian! besos para ti tb!
Anónimo! ya es 18!! no sé quién eres, pero esta tarde nos veremos por allí! jejejeje!