Texto de la Semblanza a Joaquín Sabina. Por Benjamín Prado:
Cuando alguien me pregunta/ quién es Joaquín Sabina/ respondo.... es mi hermano... /su pupurrí de mago y artesano.
Es un hombre que hiere susceptibilidades/ cuando dice que a la hora de escribir un poema/
nunca hay cosas más ciertas/ que las medias verdades/ ni mejor ovación que la blasfema.
Si se trata de ser culto/ él no más escurre el bulto.
Cuando alguien me pregunta/ quién es Joaquín Sabina/ respondo.... es mi hermano... /su pupurrí de mago y artesano.
Es un hombre que hiere susceptibilidades/ cuando dice que a la hora de escribir un poema/
nunca hay cosas más ciertas/ que las medias verdades/ ni mejor ovación que la blasfema.
Si se trata de ser culto/ él no más escurre el bulto.
Fui con el a un afterhour/ a tomar la última copa/ y me citó a Schopenhauer/al lado del guardarropa.
Siempre ha considerado/ que a la hora de comer/ la manzana de Newton/ peor que la de Eva.
Y si se pasó un poco/ lo hizo para aprender,/es de los que no opina/si no prueba.
Sé que quiso a las drogas/ pero ya no están juntos,/ aunque ni él mismo sabe/quién ha dejado a quién.
Luego un marichalazo/ vino a poner los puntos/sobre las íes.
Sintiéndose moribundo/ se quiso borrar del mundo/y se durmió en los laureles
cuando más soplaba el viento.
Mire usted que mal momento/para perder los papeles.
No encontraba remedio/ en ningún botiquín,/ ni en sueños quería/ pisar los escenarios.
Al hombre cabizbajo/se le cae el bombín/mientras lee los obituarios.
Aprendió la lección/ y venció a la depresión.
Y hoy ya es capaz de ser otro/sin dejar de ser quien era.
La vida es igual que un potro,/ si la domas/no es tan fiera.
...
y que es lo que siempre ha sido/ alguien que no echa en su plato/fritanga de resentimiento/ pasiones de economato/moralejas con descuento.
Un santo que una noche/... entró en un bar.
Un abogado que habla/ del diablo en los juzgados,/un médico que quiere/que vuelvas a fumar.
Un cura que te aplaude los pecados. Un bailarín que sabe/ cómo dar un mal paso/un ateo que reza/ a la virgen del burdel.
Un anarquista que usa/la ley de posavasos,/y las banderas blancas de mantel.
Como escritor de canciones,/son claras sus intenciones/... con gafas negras
...
Maestro de desengaños/que hace casi 30 años/nos robó los corazones/y eso no lo digo en broma
ni que ha escrito las canciones /más bellas de nuestro idioma.
Cuando alguien me pregunta /quién es Joaquín Sabina/respondo que un cantante que además,
es mi hermano.
Su casa, para mi,/ nunca fue una oficina/la llave de la mía,/siempre estará en su mano.
Y si se pasó un poco/ lo hizo para aprender,/es de los que no opina/si no prueba.
Sé que quiso a las drogas/ pero ya no están juntos,/ aunque ni él mismo sabe/quién ha dejado a quién.
Luego un marichalazo/ vino a poner los puntos/sobre las íes.
Sintiéndose moribundo/ se quiso borrar del mundo/y se durmió en los laureles
cuando más soplaba el viento.
Mire usted que mal momento/para perder los papeles.
No encontraba remedio/ en ningún botiquín,/ ni en sueños quería/ pisar los escenarios.
Al hombre cabizbajo/se le cae el bombín/mientras lee los obituarios.
Aprendió la lección/ y venció a la depresión.
Y hoy ya es capaz de ser otro/sin dejar de ser quien era.
La vida es igual que un potro,/ si la domas/no es tan fiera.
...
y que es lo que siempre ha sido/ alguien que no echa en su plato/fritanga de resentimiento/ pasiones de economato/moralejas con descuento.
Un santo que una noche/... entró en un bar.
Un abogado que habla/ del diablo en los juzgados,/un médico que quiere/que vuelvas a fumar.
Un cura que te aplaude los pecados. Un bailarín que sabe/ cómo dar un mal paso/un ateo que reza/ a la virgen del burdel.
Un anarquista que usa/la ley de posavasos,/y las banderas blancas de mantel.
Como escritor de canciones,/son claras sus intenciones/... con gafas negras
...
Maestro de desengaños/que hace casi 30 años/nos robó los corazones/y eso no lo digo en broma
ni que ha escrito las canciones /más bellas de nuestro idioma.
Cuando alguien me pregunta /quién es Joaquín Sabina/respondo que un cantante que además,
es mi hermano.
Su casa, para mi,/ nunca fue una oficina/la llave de la mía,/siempre estará en su mano.
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