Hoy que hay gente que traga lo que traga,
necesitamos un fuerte "se acabó".
Un Ismael que cite a Madariaga,
y un grito de "en mi hambre mando yo".
El Price es un Café de los Recuerdos,
con un barman que escucha, ríe y canta,
con sobrios locos y borrachos cuerdos
y sueños que brotan de una garganta.
Entre Bergia y Sureda un ukelele,
también una canción triste que duele,
e incluso un tuit que te duerme la pierna.
"Y sin embargo" suena diferente,
qué fácil comprobar que es buena gente,
qué la voz de Ismael hoy ya es eterna.
5 Comentarios
Bss.