Estoy intentando hacer memoria del último concierto al que fui y no soy capaz de recordarlo. Seguramente les pasaría algo parecido a los cientos de admiradores de Marwán que ayer asistieron a su concierto en el Circo Price. Después del bolo del sábado con lleno total, Marwán volvía al mismo escenario combinando su repertorio de desamores, temas sociales y su sentido del humor entre canción y canción.
Al entrar estuve charlando un ratito con mis queridos Antonio y Violeta Peña, organizadores de Inverfest desde hace años, luchadores incansables de la cultura y de la música en vivo. Antonio es uno de los managers históricos de nuestro país y su buen hacer con Carlos Cano, María Dolores Pradera o Aute le han convertido en un verdadero maestro de la representación y la organización. Los vi algo alicaídos, la verdad. Adivinaba una sonrisa triste bajo la mascarilla, pero a la vez un gran orgullo de haber conseguido un cartel tan espectacular en estos tiempos tan difíciles. Antonio, Violeta, ¡seguid así! ¡os necesitamos!
Antes de comenzar el concierto me di cuenta de la enorme ilusión que flotaba en el ambiente. ¡Estábamos felices! Alicia García de Sony Music y Joaquín Tejada estaban tan emocionados como yo mientras entrábamos al teatro. Le contaba a Alicia, que hace unos 15 años le regalé "Los hijos de las piedras", la primera maqueta/disco de Marwán. Ella trabajaba en Universal en aquella época y fue la persona que consiguió que Ismael Serrano viniera por vez primera a Al caer el Sol. Hay cosas que no se olvidan. Justo detrás de mi se sentó el maestro Javier Portugués "Portu". El AR de Sony, que también es actor de doblaje y locutor, tuvo la suerte de estar en el "embarazo" de El viejo boxeador en Sheffiled. Ayer se le veía emocionado mientras grababa con el móvil medio concierto.
El fotógrafo Óscar Lafox estaba a pie de escenario como siempre. Uno de los grandes profesionales de la fotografía y un tío encantador y humilde que quiere mucho a Marwán. ¡Gracias por las fotos de este post, Óscar! También pude saludar brevemente a Martín Acosta, mano derecha del cantautor de Aluche en cuánto a diseño se refiere y sobre todo una de las personas que mejor conoce a Marwán. El ambiente general, como os digo, era de felicidad... de ilusión. Cuando empezaron a sonar los primeros acordes de "El viejo boxeador" todo el mundo se puso a dar palmas al compás y cuando salió el protagonista los aplausos y vítores inundaron el Circo Price.
Marwán prácticamente enlazó la primera canción con "Cómo hacer que vuelvas" y "Conviene saber", dos de los temas más potentes de su repertorio con los que quiso empezar para caldear el ambiente. ¡Y lo consiguió! Fue muy bonito escuchar al público coreando el final de "Conviene saber" después de que la banda dejase de tocar. Marwán agradeció a todos "los valientes" que acudimos al concierto en estos tiempos llenos de inseguridades y este agradecimiento lo repitió en numerosas ocasiones durante el show haciéndolo extensible a su oficina de management, los profesionales del Circo Price, técnicos de sonido y en definitiva, a todos los profesionales que llevan tantos meses sin trabajar en condiciones.
Juancho Vergara, Mikel Ferrer, Charlie Solano, Quique Fuentes y sobre todo Marino Sáiz y Alejandro Martínez era todo uno junto a Marwán. Se notaban las horas de ensayo, la complicidad entre ellos y por supuesto la calidad del sonido. Es de agradecer que todo suene en su "justo lugar" y que la batería no se "coma" al violín. Pudimos disfrutar de un concierto muy equilibrado en este aspecto.
Marwán se lanzó con "Necesito un país" de una manera muy íntima, muy pequeñita... prácticamente con el teclado de Alejandro Martínez y la voz del cantautor. La evolución de esta canción con el propio Marwán rapeando consigue ponerte la carne de gallina. Después interpretó "Renglones torcidos", mi canción favorita de "Mis paisajes interiores". Es una canción que funciona muy bien en directo y que Marwán borda al cantarla. No faltaron "La vida cuesta", "La ecuación", "Las cosas que no pude responder" o "Ángeles", tampoco el homenaje a Madrid con "Puede ser que la conozcas". Estos temas junto a "Canción de autoayuda" son verdadera artillería pesada. Canciones que el público se sabe de memoria y que cantan de principio a fin. El repertorio de Marwán es ya tan amplio, que da rabia que otras tantas canciones "míticas" se queden guardadas en un cajón. Claro, que hay que recordar que estos dos conciertos eran la presentación de su nuevo trabajo. ¡Y qué presentación! De las 10 canciones que componen el disco cantó "El viejo boxeador", "Tu efecto mariposa", "Planeta desconcierto", "La pareja interminable", "La delicadeza", "Siempre estás tú", "5 gramos de resentimiento" y "La reina del Jagër". ¡Un 80% del disco!Punto y a parte para "La pareja interminable" y "5 gramos de resentimiento". Es increíble que canciones que solo tienen unos meses de vida calen tan hondo en el público. Ambas radicalmente diferentes. pero a la vez con un poder de seducción impresionante. La gente aplaudió a rabiar. El concierto terminó con la que, posiblemente, sea la mejor canción de Marwán: "Un día de estos". Él es muy consciente de la fuerza de este tema, del poder del estribillo y de los versos que la componen. La evolución del tema y ver a Marwán desgañitándose en el estribillo es un auténtico espectáculo. Casi 2 horas de concierto que terminaron con las consabidas normas de seguridad para salir del teatro. Normas que impiden relacionarse con normalidad con el público y amigos para "comentar la jugada". Pero bueno, agradecidos de haber asistido a esta alegre historia de un concierto en tiempos de Covid. ¡Gracias Marwán! ¡Enhorabuena!
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