Me despido del verano
delante de una pantalla,
un barbudo no se calla
con la guitarra en la mano.
Lo que canta no es vano,
es alérgico a la fama,
a mi lado hay una dama
que de repente se arranca
a gritar: ¡Te quiero Kanka!
al oír "Canela en rama".
El Kanka vuelve, señores,
le hemos echado de menos,
tuvo que pisar los frenos,
redescubrir los sabores,
inventar nuevos colores,
imaginar nuevas metas,
cocinar nuevas recetas,
enamorar a las musas,
olvidar viejas excusas
y estar a dieta de dietas.
Palomitas por el suelo,
aplausos en lo más alto,
y Pellicer con su asalto
le hace levantar el vuelo.
Aunque no fuera su anhelo,
llegan tres discos de oro,
y el Kanka con gran decoro
se acuerda de Raphael,
¿cantará "Yo soy aquel"?,
mejor "Volar" con su coro.
Aplausos de corazón ,
y El Kanka propone un trato,
cantará "Autorretrato"
su nueva composición.
Al terminar la canción
nadie pone un solo pero,
y el cantautor, muy sincero,
se despide emocionado,
de su público entregado.
Gracias, Kanka... ¡Majadero!
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