ENTREVISTA A SABINA

Desde la ventana del departamento en el que Joaquín Sabina pasó tres años encerrado a cal y canto, se puede atisbar cómo está la ciudad que tanto trasegó. Enfrente se impone el teatro Apolo: allí Sara Baras baila, y desde la marquesina le dedica el show a "Concha, mi madre ". Cruzando la calle Relatores, está el bodegón La Ría especializado en paellas insultantes para la gastronomía ibérica. A media cuadra, la estación Tirso de Molina, del omnipresente metro. En el aire, las risas de los ecuatorianos del locutorio de mitad de cuadra, camino a Atocha. Más en Clarín

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