El siguiente texto aparece en el libro-disco Viento de Octubre de Moncho Otero y Rafa Mora. Lo firma un servidor con toda la ilusión y el agradecimiento por haberme dejado aparecer al lado de los poemas de Jesús Hilario Tundidor, de las voces de Lucía Caramés, Luis Pastor y Carlos Chaouen, y por supuesto, al lado de mis amigos Moncho Otero y Rafa Mora.
Moncho Otero y Rafa Mora tienen la virtud de ser elegantes en sus melodías y sobre todo en la conjunción de sus voces. Además, siempre son respetuosos con los versos que musican, y sobre todo, mantienen intacta su ilusión por descubrir al público maravillosos textos a través de una serie de canciones absolutamente deliciosas (“deliciosas” por su belleza, por su elaboración, por su sabor…).
Moncho y Rafa son profesores a la vez que alumnos. Dan clases magistrales sobre poetas malditos y a la vez son los muchachos de la última fila que sueltan una gracia en medio de la clase. Tienen la bendita cualidad de llamar la atención cantando versos que estaban condenados a coger polvo en las estanterías de las bibliotecas, y eso es cosa de agradecer.
Moncho y Rafa son profesores a la vez que alumnos. Dan clases magistrales sobre poetas malditos y a la vez son los muchachos de la última fila que sueltan una gracia en medio de la clase. Tienen la bendita cualidad de llamar la atención cantando versos que estaban condenados a coger polvo en las estanterías de las bibliotecas, y eso es cosa de agradecer.
El que escucha este disco queda fascinado al oír los versos de Jesús Hilario Tundidor con melodías muy a lo Beatles, muy a lo Radiohead, muy a lo Rolling Stone, muy a lo Serrat. Melodías desconcertantes, arriesgadas, valientes, y sobre todo emocionantes. Exactamente como son Rafa y Moncho.
Víctor Alfaro, periodista.
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