Cuando Diego Manrique, Juan Puchades y Fernando Neira coinciden en sus críticas a Joaquín Sabina será por algo. Yo no veo lo que ellos ven, ni escucho lo que ellos escuchan. Posiblemente me ciegue la admiración, posiblemente viva en un "matrix sabinero" y no quiera ver la realidad. Pero de momento, prefiero que siga siendo así. ¿Por qué? Por cosas como las que yo viví ayer y Fernando Neira no.
Hay que pensar que "Vinagre y Rosas" es un disco que lleva un mes escaso en las manos de sus seguidores, muy poco tiempo aún para que la gente se sepa de memoria las nuevas letras del maestro. Sin embargo uno de los momentos álgidos fue cuando Joaquín presentó a Rubén y Leiva (Pereza) y los tres interpretaron juntos "Tiramisú de limón" y "Embustera". No sé cuál de las dos fue más cantada por el respetable, pero os puedo asegurar que el ambiente fue mágico.
Punto y a parte merece la banda de Joaquín. Pancho Varona, Antonio García de Diego, Jaime Asúa, Pedro Barceló y Mara Barros sonaron afinados, nítidos, potentes... El sonido fue excelente y Joaquín cantó mejor que nunca (no es lo mismo grabar un disco que cantar en directo canciones de letras complicadísimas y giros musicales difíciles). Y mi enhorabuena a Mara Barros, que tenía el difícil papel de sustituir a Olga Román, siguiendo los fraseos imposibles de Joaquín. Lo hizo muy bien.
Ayer viví el mejor concierto de Joaquín Sabina de mi vida. Muchos habrán disfrutado de conciertos de Joaquín desde hace años (o incluso décadas). Mi primer concierto fue con la Gira Ultramarina en la que Joaquín presentó su Alivio de Luto. No me olvido del Palacio de Congresos de la Castellana, ni de la Plaza de Toros de las Ventas llena a rebosar mientras una tormenta eléctrica amenazaba a todos los que estábamos allí. Sabina estaba y no estaba allí. Lógicamente aún le quedaba algo de la nube negra sobre su bombín.
Lo de ayer fue otra cosa. Lo de ayer fue una fiesta. Lo de ayer fue una misa gospel de película americana. Lo de ayer fue un orgasmo de casi tres horas.
Pregúntenle al juez Grande-Marlaska. No he visto bailar a nadie tanto como él. Pregúntenle a Nativel Preciado, a Miguel Ángel Aguilar, a Jesús Ruiz Mantilla, a Carlos del Amor, a Almudena Grandes, a Benjamín Prado, a Eduardo Mendicutti. Pregúntenle a Javier Krahe, a Pereza, a José Córdoba, a Dani Flaco, a Santy Pérez. Pregúntenle a Guti, a Pilar de Borbón, a Fernando León de Aranoa, a Fernando Tejero, a David Trueba, a Caballero Bonald... pregúntenles a las 15.000 personas que aplaudieron a rabiar "Cristales de Bohemia", o al coro de voces que sonreían mientras cantaban "A, E, I, O, U, a mi boda fueron todas menos tú", o a los que provocaron un terremoto saltando al ritmo de "La del pirata cojo".
Hay que pensar que "Vinagre y Rosas" es un disco que lleva un mes escaso en las manos de sus seguidores, muy poco tiempo aún para que la gente se sepa de memoria las nuevas letras del maestro. Sin embargo uno de los momentos álgidos fue cuando Joaquín presentó a Rubén y Leiva (Pereza) y los tres interpretaron juntos "Tiramisú de limón" y "Embustera". No sé cuál de las dos fue más cantada por el respetable, pero os puedo asegurar que el ambiente fue mágico.
Punto y a parte merece la banda de Joaquín. Pancho Varona, Antonio García de Diego, Jaime Asúa, Pedro Barceló y Mara Barros sonaron afinados, nítidos, potentes... El sonido fue excelente y Joaquín cantó mejor que nunca (no es lo mismo grabar un disco que cantar en directo canciones de letras complicadísimas y giros musicales difíciles). Y mi enhorabuena a Mara Barros, que tenía el difícil papel de sustituir a Olga Román, siguiendo los fraseos imposibles de Joaquín. Lo hizo muy bien.
¿Y qué decir de los clásicos de Sabina? Calle Melancolía sonó fresca, con unas pequeñas variaciones en los arreglos que la modernizaron y potenciaron su tristeza. Por el bulevar de los sueños rotos fue la primera canción que consiguió poner en pie a la gente. 19 días y 500 noches, Peor para el Sol, Noches de boda, Y nos dieron las diez, Siete Crisantemos... ¡y el comienzo el concierto fue con "Yo me bajo en Atocha"!
Joaquín ayer sudó la camiseta, su pelo se le pegaba al rostro cada vez que se quitaba el bombín, fruncía el entrecejo con sus versos más canallas, y rugía cual león cada verso de su repertorio. Inolvidable.
21 Comentarios
Solamente he de decir que si el concierto de Córdoba fue sublime, el de Madrid lo habrá sido aún más todavía. Por lo tanto a mi me parece que ese señor, no fue al concierto y se quedó en casa viendo una de romanos.
Saludos
P.d. todos salimos cantando crisis
Es una opinión, no se como estuvo en Madrid. A ver qué opina Manu, el del comentario anterior, que también estuvo en el de Córdoba.
Saludos
No sé, creo que debes ser algo más crítico, ni el de ayer fue el mejor concierto de Sabina, ni todo lo que hace Ismael Serrano son obras maestras, ni todos los cantautores "desconocidos" como Manuel Cuesta, Paco Cifuentes, etc. son genios.
Un saludo
No sé si es conformismo, simpleza, frikismo... pero lo disfruto a lo grande. Qué suerte la mía que no necesito más de lo que Sabina me ofrece.
para mi las criticas de las musicas y la produccion del disco me parecen que llevan algo de razon.
cuando joaquin graba con los rodriguez, fito, pereza o alejo la cosa mejora. deberia innovar mas. aunque no me quejo del ultimo que ya era hora despues de 4 años en blanco.
El disco en cuestion vuelvo a opinar y coincidir con los que dicen que les falta la innovación en la producion (temas "perezosos" al margen) aunque me esta gustando más a cada escucha pero evidentemente queda lejos de ser una obra maestra.
Salud!
Volveré a verle esta vez en donde pueda, y me gustará seguro, porque Sabina siempre me gusta, aunque no lo haga tan bien como otras veces. Y en cuanto a las críticas... pues de acuerco con algunas y con otras no tanto. Sin haber estado allí, no creo que Fernando Neira tenga razón en todo, aunque una cosa está clara: Sabina ya es más sonetista que cancionista y eso, querido Víctor, es una pena.
Un abrazo
Una crónica muy buena, me ha gustado mucho. Se ve que fue un concierto muy emocionante.
Un saludo.
Pero claro, manteniento la esencia: 19 días, Y nos dieron las 10, Y sin embargo, Noches de bodas, El pirata cojo, ...
No es el mejor Sabina que yo he visto, como creo que soy más viejo que Víctor, el concierto que me parece irrepetible fue el de la gira "En paños menores", creo que es una pena que no repita ese formato más a menudo, una instrumentación más básica, casí únicamente acompañado con guitarras acústicas y coros y canciones más ocultas en su discografía, que para mi gusto en muchos casos superan las más conocidas: Y si amanece por fin, Más de cien mentiras, Corre dijo la tortuga, A la orilla de la chimenea, ... A lo mejor ahora que parece que va a abandonar las grandes plazas, puede que me de el gusto...
Coincido plenamente con Varela, Olga Román empastaba mucho mejor la voz con Sabina. Aunque Mara tiene más voz, la copla que cantó fue impresionante...
Para mí fue un gran concierto, y no me pienso perder el del 22 de junio (¿será en las Ventas?). Pero Sabina tiene 60 años y no es Bruce Springsteen, y eso se nota.
Un abrazo, Víctor.
Yo sigo alucinando con el artículo de Fernando Neira ¿40 minutos sentados y dos horas dando botes es un mal concierto?
No se cansan de atacarlo,criticarlo ??
Mimenlo y tengan memoria de todo lo que ha hecho y sigue haciendo,,
Agradezco a Joaquin que siga sacando discos y subiendose al escenario,,,
Espero ansioso el Concierto de la Bombonera !!!
Victor genial como siempre tus sentimientos en forma de cronica,,,
Abrazos Sabineros,,,,
Con respecto a que no se escuchaba la voz de ella, pienso que es un problema de ecualización, si hubiera sido Olga Román también hubiera pasado lo mismo, yo pienso que deberían haberle subido un puntito más al volumen y se hubiera solucionado.
Saludos a todos!!!
Felicidades!
Saludos sabineros.
Lo del señor Sabina no hay palabras para describir su estado de forma... Me ha encantado el concierto...