SHUARMA... UNIVERSO

La decisión de deshacer Elefantes, grupo que él mismo había fundado, fue suya y confiesa que significó un paso "muy difícil", tomado frente a una puesta de sol en Essauira (Marruecos). "Para mí acabó una época. Elefantes cada vez iba a más, vendíamos discos, teníamos gente en los conciertos, pero llegó un momento en que ya no me valía lo que estaba haciendo y con mucho dolor separé el grupo. Pero no me veía sacando otro disco, engañándome a mí mismo, engañando al grupo y engañando a la gente. Ya hay muchos proyectos que son mentira y no me apetece sumarme a eso", explica.
Ante el nuevo camino que se le abre, Shuarma demuestra más ilusión que nostalgia. Reconoce que "cuando rompes un grupo, algo queda dentro de ti que está mal colocado", pero confiesa que ahora se siente "muy relajado", incluso "liberado artísticamente". La soledad no le da vértigo, más bien, todo lo contrario. "Yo quiero hacer las cosas a mi manera. Cuando compongo una canción tengo muy claro cómo la quiero y en Elefantes llegó un momento en que tener que negociar ciertas cosas me costaba. Cuando empezó el grupo y todos teníamos la misma intención era muy fácil, pero cuando ya has crecido y más cuando cada uno va tomando caminos distintos es más complicado. En este momento estar solo es algo que agradezco mucho".

Pese a todo, las canciones que componen 'Universo' siguen la evolución lógica de los últimos pasos marcados por Shuarma en Elefantes. Es un álbum variado, con diferentes sonidos y contenidos, pero que se aproxima más a la línea de 'Somos nubes blancas' que a la de 'La forma de mover tus manos' o a la de 'Azul'. La reflexión metafísica sobre el paso del tiempo, la fragilidad de la vida y el amor o la preocupación por la naturaleza y las injusticias en el mundo son las constantes de un disco plagado de filosofía, poesía y compromiso, pero que a la vez analiza la vida desde una perspectiva absolutamente optimista y positiva.

lee todo el reportaje en elmundo.es