Entre 12 mil personas a los dos kilómetros (...) veo otra vez el chino de las uñas largas, el chico de barbita, el señor de la zapatillas raras, el papá corredor con el bebé, y en el kilómetros tres, a Jorge Drexler con su hijo sentados en un banco del retiro… ¡¡¡Qué!!! ¡Drexler con su hijo! Que mal debo estar, que ya veo alucinaciones. Corro y sigo corriendo, ahora cuesta arriba. Muchos carteles de ánimo. ¡Ya veo la meta! y sprint 300 metros y… ¡Meeetaaaaa!
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