Hay una historia sobre Antonio de Pinto que me encanta. Antonio aprendió a tocar la guitarra ya mayorcete porque se hizo cantautor bastante tarde (con lo que se ahorró de paso toda la etapa de ingenuidad y bisoñez previa por la que pasa todo artista). De hecho, Antonio era aficionado a escuchar música de un tipo bien diferente, a saber, lo que ahora se suele denominar rock sinfónico –en su época lo llamaban progresivo- y ¡oh sorpresa!, lo que conocemos como rock duro en sus más variadas variantes estilísticas. Fue una vez, si me equivoco que me desmienta alguien, en su juventud universitaria, cuando Antonio les dijo a unas compañeras (supongo que aficionadas a la canción de autor) que él era cantautor. Ignoro que cable se le cruzó por la cabeza a nuestro protagonista para lanzar semejante bola, pero el caso es que, para no desmentirse a sí mismo o por creerse su propia mentira o por pique por aquello del “oye, y si de verdad…” o por qué sé yo… Antonio se hizo cantautor. Así es como un capricho del destino hizo que lo que perdió el heavy metal lo acabó ganando el cantautorismo. Y qué bueno, porque estoy persuadido de que Antonio hubiera sido un excelente músico cualquiera fuera el estilo que hubiera elegido (lo único que no consigo imaginármelo con el pelo muy largo…).
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besillos Víctor
www.myspace.com/variopinto1
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