Luis García Montero, ÁNGEL GONZÁLEZ, y Sabina.
Ha muerto un gran poeta. Humilde, discreto, y creativo como el que más. Escribió hasta sus últimos días. Sé que le van a llorar muchos lectores y muchos amigos... son lo mismo, ¿verdad?. Gracias Ángel por tu poesía. Y por tu actitud ante la vida (estoy recordando que la última vez que le vi, fue en la manifestación que se celebró en Madrid contra ETA cuando asesinaron a los dos pobres que dormían en el aparcamiento de la T-4. Allí estaba Ángel González con sus ochenta y tantos recorriendo la Castellana al lado de miles de personas)
La mejor manera de homenajearle es recordando el que seguramente sea su poema más popular.
Para que yo me llame Ángel González,
para que mi ser pese sobre el suelo,
fue necesario un ancho espacio
y un largo tiempo:
hombres de todo el mar y toda tierra,
fértiles vientres de mujer, y cuerpos
y más cuerpos, fundiéndose incesantes
en otro cuerpo nuevo.
Solsticios y equinoccios alumbraron
con su cambiante luz, su vario cielo,
el viaje milenario de mi carne
trepando por los siglos y los huesos.
De su pasaje lento y doloroso
de su huida hasta el fin, sobreviviendo
naufragios, aferrándose
al último suspiro de los muertos,
yo no soy más que el resultado, el fruto,
lo que queda, podrido, entre los restos;
esto que veis aquí,
tan sólo esto:
un escombro tenaz, que se resiste
a su ruina, que lucha contra el viento,
que avanza por caminos que no llevan
a ningún sitio. El éxito
de todos los fracasos. La enloquecida
fuerza del desaliento...
6 Comentarios
Hay muertes que te dejan con una lágrima seca en a mejilla, con un: "¿y por qué tan pronto?", "¿y ahora qué poeta me salvará de la tristeza cuando haya memorizado todos sus versos?" Hay hombres que deberían no morir nunca.
Pienso en Susana, en la profunda tristeza que le habrá invadido, en que esté quizá repitiéndose estos versos a golpe de latido:
"el elemento misterioso
que determina mi tristeza
cuando te vas,
que me impulsa a buscarte ciegamente,
que me lleva a tu lado
sin remedio:
lo que la gente llama amor, en suma."
Un saludo.
Abrazos,
G.
Me gustaría compartir desde aquí o desde una entrada nueva si a Víctor le parece bien, un fragmento del programa de hoy de La Ventana de la Cadena Ser en el que hablan de Ángel González.
Hacen una tertulia entrañable Joaquín Sabina, Manuel Lombardero y Jesús Ruiz Mantilla, amigos del poeta.
Sabina recita incluso un soneto que le dedicó Ángel González precioso:
Harto de tanto whisky en vaso corto
de tanto trasnochar igual de harto
vuevo a Albuquerque huyendo del infarto
que me daría si no me comporto.
Allí encuentro la paz apetecida
por mi cuerpo cansado y resacoso
orilla del rio grande, alli reposo
leo, escribo algo, y va mi vida.
Igual que el río que su marcha aquieta
al cruzar por árida meseta
quiza para llegar más tarde al mar.
Y si de tanta paz, me llego a hartar
la cosa es fácil, hago la maleta
vuelo a Madrid, te llamo, entro en un bar.
Un abrazo.
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