Hay veces que Madrid me huele a pueblecito interior. El otro día paseaba por las calles de la capital de la mano de mi novia mientras escuchábamos a una madre gritar a su hijo desde el balcón para que subiese a cenar. Pasamos por una zona de bares donde olía a fritanga y donde unos abuelos se sentaban en unas sillas a la puerta de los locales.
Me parece mentira que en una ciudad tan grande, con tantos millones de habitantes, nos cruzásemos primero con David (manager de Luis Ramiro) y con Miguel Dantart. Uno se iba a casa a descansar después de un duro día de trabajo y el pelirrojo estaba a punto de entrar a uno de los cines de la Plaza de los Cubos.
Un poco más tarde nos encontramos con mi compañera Arancha, de Radio SOL XXI, a punto de entrar a un concierto. Y unos minutos después, en plena Gran Vía nos cruzamos con Moncho Otero, María y Belén (a Javier Rodríguez del Barrio no le vimos, pero seguramente estuviera por allí) que salían de ver "Espinete no existe", una obra de teatro escrita y protagonizada por Eduardo Aldán, que parece ser que es muy divertida.
Hay veces que Madrid me huele a pueblecito interior.
2 Comentarios
La obra de Espinete no existe está muy bien, la verdad. Te ríes mucho. Peeero el chico habla muuuy rápido a veces, te tienes que hacer con su velocidad, jajaja
Besazossss
Y sí, esa es la cara buena de Madrid, la magia y la sonrisa de este pueblecito.