Una vez fui a un concierto de Rafa Mora y Moncho Otero en Libertad 8 y Pablo Guerrero se sentó a mi lado. No sé muy bien como acabamos paseando por Madrid, mi novia, Pablo Guerrero y yo buscando un bar que estuviera abierto para tomarnos un café calentito. Lo encontramos, aunque nos costó. Pero disfrutamos de un Pablo Guerrero que incluso se puso a cantar en medio de la calle y nos contó mil y una anécdotas cantautoriles.
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Fastidiaros que una vez...
Saludos y salud