Fotografía de Fernando Lucini
A Manuel Cuesta le faltó ayer el pañuelo en la frente y un Clarence Clemons tocando el saxo para ser un Bruce Springsteen sevillano. Sudó a lo bestia, se movió a lo bestia, gritó en cada canción un "uooooh", y sus canciones sonaron de maravilla con la batería de Carlos Expósito , el bajo de Albert Anguella y la guitarra eléctrica de Jordi Pinyol (¡qué bien toca este tío!)
1985, Desata el aire, Teoría del caos, La balada de Elliot Smith, Chelsea Hotel (ahora que el famoso hotel que inmortalizó Leonard Cohen en esta canción está a punto de cerrar), El beso del arácnido, Báilame el agua, y muchas más. No me pude quedar hasta el final del concierto, pero me fui feliz con la versión de "Y si amanece por fin" que Manuel hizo (más rockera que la canción original de Sabina) y "traicionando" un poco eso de "nadie se ha muerto por ir sin dormir una vez al trabajo"... hoy me he levantado a las 05:40 cantando esta canción... jejejejeje.
No me quiero olvidar del momento más mágico de la noche (al menos para mi): Javier Bergia y Manuel cantaron juntos "Bailando en una nube de cartón" y fue muy emocionante comprobar como se entrelazaban sus voces... los coros expertos de Javier, el momento en el que improvisó con una armónica dándole un aire nuevo a la canción. Inolvidable. (Y le pegamos un golpe al calendario/ Y miramos con ojos de cazador/ Y apagamos la luz del extrarradio/ Escribiendo en los renglones/ Torcidos del corazón/)
Por cierto, no me quiero olvidar de Marta Tchai, que fue la telonera de Manuel, y que me sorprendió por su sencillez, por su bonita voz y por esa combinación de piano y guitarra que engrandecían sus canciones.
3 Comentarios
Que necesario eres para nosotros, los cantautores y para ellos, los espectadores. Desde luego, tus crónicas, tus reseñas, tus columnas periodísticas, tus entrevistas... Son el pan nuestro de cada día, amigo.
Que sepas que se te quiere mucho.
GRACIAS AMIGO.