JOAQUÍN CARBONELL HA FALLECIDO. ¡HASTA SIEMPRE JOAQUÍN!


Hace un mes y medio ni se me pasó por la cabeza tener que escribir un titular como este de aquí arriba. Hoy es un día muy triste para los que amamos la canción de autor y aún más para los que queríamos a Joaquín Carbonell desde hace muchos años. 

Joaquín fue un cantautor aragonés con un talento indiscutible. Su primer disco, "Con la ayuda de todos" tenía una colección de canciones impresionantes que han perdurado en el tiempo 44 años después. Canciones como "La peseta" se han seguido cantando como una verdadera celebración en todo Aragón. "Me gustaría darte el mar" es una balada poética que sigue poniendo los bellos de punta. "Con el sudor de tu frente" y ese estribillo tan potente "Pascual, Pascual, tú a lo tuyo... que es trabajar".

Encontré el disco en vinilo en una vieja tienda de discos de segunda mano de Madrid. Siempre se me olvidaba llevárselo para que me lo firmase y aquí lo tengo... 

Perdonad que vaya mezclando en este texto anécdotas personales sobre Joaquín pero para mí es importante hacer balance de los bonitos momentos que viví junto a él. La última vez que nos dimos un abrazo fue en julio de 2019. Le llamé para contarle que hacíamos noche en Zaragoza (mi familia y yo) por si le apetecía que nos viéramos. Quedamos en una cafetería del centro y después de dos horas de charla, haciéndole carantoñas a los niños, contándoles y regalándoles unos detallitos le dijimos que le acompañábamos hasta su casa. ¡Pero si yo no vivo aquí! ¡Vivo a 40 kilómetros!. Y yo que daba por sentado que vivía en el centro. Qué gran hombre. Unos años atrás, Raquel y yo quedamos también en el centro de Zaragoza porque quería enseñarme los estudios de Radio Nacional de España. Allí colaboraba en el programa de Pepa Fernández de los sábados.

Carbonell fue el gran altavoz sobre Brassens de nuestro país. El gran difusor de su obra. Aunque antes que él Paco Ibáñez tradujo alguna de sus canciones, Carbonell lo estudió de manera pormenorizada y grabó incluso un disco completo con sus adaptaciones. En aquel trabajo Joaquín Sabina cantó con él la mítica "El gorila".

Compartió muchas cosas con Sabina. ¡Hasta un plato de lentejas! La madre de Carbonell se las preparó a un joven Sabina que no dejó ninguna en el plato. Sabina y él coincidieron en La Mandrágora, donde Carbo grabó "Piratas en La Mandrágora", un documento excepcional de aquellas noches. Además escribió una biografía completísima sobre el cantautor de Úbeda a la que llamó "Pongamos que hablo de Joaquín".

Hace unos años recibí la llamada de Carbo para que le ayudase con la producción de una canción que había hecho como homenaje a Dimitris, el jubilado griego que se quitó la vida en lo peor de la crisis griega. Llamé a Patxi Andión, Pablo Guerrero, Elisa Serna, Manuel Cuesta, Rafa Mora, Moncho Otero, Lucía Caramés, Manuel Cuesta, Muerdo, Cristina Narea, Clara y Jorge Castro. Todos se volcaron con la canción y acudieron encantados a la cita.


Joaquín escribió varias novelas interesantísimas, biografías de Labordeta (fue clave para que Jose Antonio siguiese actuando durante su enfermedad y que se olvidase de tantos hospitales y medicinas), el Pastor de Andorra, miles de entrevistas y artículos en El Periódico de Aragón y muchísimos post en su blog y redes sociales. Era un hombre que no sabía estar de brazos cruzados. Hace apenas 9 meses llenó hasta la bandera el Teatro Principal de Zaragoza para celebrar sus 50 años en los escenarios. Buscadlo en youtube porque merece la pena. Estaba en plena forma y cantando mejor que nunca.

Su pérdida no solo es una noticia terrible porque le quedaban muchas canciones por componer y libros por escribir, sino porque deja una familia que le adoraba y una nieta que le traía loco de felicidad. La última vez que nos vimos nos regaló muy orgulloso su tarjeta. El diseño lo había hecho su nieta. Era un precioso retrato de Carbonell guitarra en mano dibujado con los trazos de una niña. Nos contó que cuando le dio su tarjeta al Presidente de Aragón, Javier Lambán le pidió que le diseñara también una para él. Y así lo hizo. 

Estas últimas semanas llevaba en el coche, "Sin móvil ni coartada", el que para mi es su mejor disco. Canciones como "Los versos de Pablo Neruda", "Cantamañanas", "La calle para correr", "30 de febrero" o "Te crees viejo ahora" son un buen ejemplo de la creatividad que tenía y de su talento para hacer buenas canciones. La última vez que tocó en Madrid fue en Libertad 8 (como bien me indican, realmente su último concierto fue en Jazz Ville en 2018). Cuando hablé con Julián para buscarle una fecha no solo no me puso ningún problema sino que me dijo que era un honor que Carbonell quisiera cantar allí. Se llenó hasta los topes. En otra ocasión pude programarle en un festival que creó Javier Rodríguez del Barrio y del que yo más tarde tomé las riendas. Se llamaba Art-pegio y lo organizaba UGT. Me dijo:  "Alfarito, es la primera vez que vengo a Madrid con caché y sin la incertidumbre de la taquilla". Estaba feliz y dio un concierto memorable. 

Durante el confinamiento cada día nos mandaba por WhatsApp a algunos amigos unas notas de audio en las que cantaba a guitarra y voz canciones de Los Secretos, Joan Bautista Humet, Violeta Parra, Serrat, muchísimos más. Acompañaba esas canciones con palabras de ánimo que de alguna manera nos hicieron más llevaderos aquellos días.

El 29 de julio nos cruzamos los últimos wasaps. Desde el hospital siempre se despedía mandándome besos para "tu hermosa familia".  Después ya no contestó mis wasaps. Me preocupé. Contacté  con su mánager, Toño, que me mantuvo cada día informado con las palabras y la voz de Nicolás, uno de los hijos de Carbonell. Siempre te lo agradeceré Toño. Han sido días muy duros que han terminado de la peor forma. Confieso que hasta en los peores momentos siempre tuve esperanza de que saldría de esta. Desgraciadamente me equivoqué.

Termino con un sonetillo que le escribí un día después de un concierto y con unos versos con los que me contestó:

Carbonell es Brassens y Labordeta,
es un maño argentino afrancesado,
siempre lleva una jota en la maleta,
no ha sabido jamás estar parado.

Cantó en Libertad Ocho el otro día,
-no he visto un sesentón con tantas ganas-
tocaba la guitarra y parecía,
un crooner en vez de un cantamañanas.

Ha escrito un mamotreto de Sabina,
secuestró a "Mon amour" de algunaesquina,
me nombró su biógrafo oficial.

Sudó como Camacho la camisa,
cantó con su guitarra y su sonrisa,
juro que no exagero, fue tal cual.

Y Joaquín me respondió así:

Alfarito es la voz de una gramola
que difunde a los vientos la cultura:
La canción de cantantes con su viola,
que vendemos la voz más tolerable.

¿A qué esperan algunos mandamases
para hacer de Alfarito un ministrable?
¿El soneto? ¡joder es impagable!

Gracias por tu amistad y cariño Joaquín. Y sobre todo gracias por tus canciones.


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2 Comentarios

fbodalo ha dicho que…
Víctor,una curiosidad..la última vez que cantó en Madrid, no fue en la Sala Jazzville? (Febrero 2018)

Fernando (Cibercancion de Autor)
VICTOR ALFARO ha dicho que…
Fernando llevas toda la razón. Desgraciadamente no pude asistir. He visto ahora las fotos con Santy Pérez. Voy a modificarlo en el texto. Gracias amigo