RODOLFO SERRANO Y ROMÁN LÓPEZ-CABRERA PRESENTAN "VALLECAS" JUNTO A ISMAEL SERRANO


Mientras caminábamos por la calle Viridiana mi madre me contaba cómo mi abuela le ponía unos zuecos que acababan llenos de barro por las calles vallecanas de finales de los cincuenta y principios de los sesenta. "Los años de barro" es precisamente el subtítulo que Rodolfo Serrano y Román López-Cabrera han elegido para el primer cómic editado por Ismael Serrano en "Hoy es siempre". A pesar de que la fisionomía de Vallecas ha cambiado completamente, mi madre sentía que había viajado en el tiempo hasta su infancia mientras bajábamos hacia la Asamblea de Madrid atravesando calles tan cinematográficas como "Volver a empezar", "El padrino" o la glorieta de Paco Martínez Soria. Dejadme que os cuente que mi madre, mi tío y mis abuelos vivían en una casa de 30 metros cuadrados cuyas paredes de color blanco encalaban todos los vecinos anualmente entre cánticos y alegría en una especie de fiesta. O así lo recuerda mi madre. "Memoria". Es posiblemente la palabra que más se repitió en la preciosa y entrañable presentación que Rodolfo, Román e Ismael hicieron en Vallecas Todo Cultura. "Memoria". Esta es la portada del cómic:


Memoria y también Historia. Así, con mayúsculas. Rodolfo Serrano tenía escrito desde hace tiempo un texto sobre Palomeras Bajas, donde creció y vivió durante muchos años, al que no sabía muy bien como poner punto y final. Después de leer "Memoria de una guitarra", el cómic de Román que homenajea a la canción de autor, pensó junto a su hijo Ismael que un cómic podría ser una buena manera de terminar el proyecto. Aunque no estoy muy seguro de que haya puesto "punto y final" a sus recuerdos vallecanos, porque es muy posible que continúe contándolos a través de los pinceles de Román, que con apenas unas cuántas fotografías de la época y unos bocetillos que le iba pasando Rodolfo de cómo eran las calles de su juventud, ha elaborado un cómic detalladísimo que emocionó al centenar largo de personas que asistimos a la presentación (buena parte de ellos vecinos y vecinas de Vallecas).  

Por allí estaba todo un alcalde de Madrid, el mítico Juan Barranco, que tomó las riendas de la capital después del fallecimiento del profesor Tierno Galván y que gobernó la ciudad hasta que le hicieron una moción de censura que terminó con el último gobierno municipal socialista en Madrid. Barranco, amigo personal de Rodolfo, vivió y estudió en Vallecas y confesó que devoró el cómic en una sola noche. 

Antes de que Ismael Serrano cantase a guitarra y voz "Porque fuimos" y "Papá cuéntame otra vez", tomó la palabra Paquita Sauquillo para recordar su época de abogada laboralista y todo lo bueno y malo que vivió en Vallecas hasta principios de los años 80. Paquita levantó los aplausos de los allí presentes cuando contó que había comprado cincuenta cómics para llevarlos a varios colegios para que la memoria de Vallecas también llegase a los más pequeños. Por cierto, entre el público se encontraban dos profesoras de un colegio del Pozo del Tío Raimundo que no dudaron en solicitar la presencia de Rodolfo y Román en su colegio para hablarles a sus alumnos de cómo era la vida en Vallecas. Ambos aceptaron encantados rápidamente. 
Fue una velada maravillosa que terminó entre abrazos y los allí presentes esperando pacientemente una firma de los protagonistas. 


Cuando volvíamos al coche, mi madre seguía emocionada contándome cómo mi abuelo Joaquín fabricaba y vendía jabón y colonia en aquella casa de 30 metros cuadrados para luego venderlos por las calles de Vallecas. Mi madre y mi tío, con apenas 10 y 8 años, llevaban un carrito e iban puerta por puerta vendiendo su mercancía. Mi abuela y mi abuelo hacían lo mismo por las calles más alejadas de su barrio. Ya en el coche pasamos por la calle Carlos Aurioles (donde estaba su casa), cerca de San Diego y Entrevías mientras mi madre abrazaba con fuerza el cómic con ganas de llegar a su casa para disfrutar de cada una de sus páginas.
 

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