Rafa y Moncho sonriendo y haciéndonos sonreír.
El gordo fue asistir a este concierto.
Cambiamos los millones por poemas,
oímos a un murciano con un huerto,
en el que crecen versos y dilemas.
Azorín dejó de ser seudónimo
el día que Manuel se hizo poeta.
Tristeza no debe ser sinónimo
de los versos que vuelan cual cometa.
Indiana Jones son Rafa y Moncho Otero,
que descubren y cantan a los bardos,
que se juegan la vida en sus canciones.
Benditos sean Luis y Pablo Guerrero,
y los versos liados en los fardos
que nos calientan nuestros corazones.
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Aprovecho para desearte Felices Fiestas, un gran 2012, para vos y los tuyos, así como para la legión de lectores que siguen este gran blog.